martes, 23 de noviembre de 2010

Si abres tu mente demasiado... se te caerá el cerebro!



Curioso vídeo de un humorista llamado Tim Minchin en el que hace una parodia de la gente que tiene la mente "demasiado" abierta... Sí, en eso de creer en el más allá, los espíritus, religiones, etc... Es un ejercicio de inglés, pero tiene subtitulos: en la flecha de la derecha, elegir la opción de activar subtitulos. ¡ Casi he entendido todo! Como se notan las clases de Aitor (dicho con acento en la a...).
En la página que he leído esto había un comentario acerca de las creencias, pseudociencias y demás... a mí como siempre estas opiniones tan radicales del negar cualquier cosa no experimentada me hacen sospechar exactamente igual que las del otro extremo, pero siempre es interesante leer lo que dicen alguno de nuestros sabios, por ejemplo, la historia del dragón del garaje de Carl Sagan.

Supongamos que un amigo nos dice que tiene un dragón en el garaje. Con la de veces que se ha hablado en la historia sobre dragones y no tenemos ninguna prueba, pensamos "¡¡Joder, una oportunidad!!" Así que le decimos que vale, pero que nosotros tenemos un iPhone y una bici Rockrider, así que no se pase ni un pelo de tonto. Pero de todas formas le decimos que nos gustaría verlo y lo acompañamos alegremente a su garaje y una vez abrimos el garaje, solo nos encontramos un Seat Panda aparcado. Le preguntamos si el dragón a salido a buscar dragona. Nos dice que no, que no lo vemos pero que esta ahí, porque su dragón es invisible.
Nos conformamos, pero entonces le decimos que ya que es invisible, que le pida a su dragón que escupa fuego, así al ver la llamarada sabremos que esta ahí. A lo que mi colega responde que el fuego de su dragón no quema y además es invisible también. Bueno, pues tiremos pintura por el suelo, así cuando camine veremos las pisadas. Pero nos dice que no, que su dragón vuela, aunque este encerrado en el garaje (¡que inhumano!).
¡Vaya con el dragón! Total, que le digo a mi colega que tiremos kilos y kilos de harina en el garaje para que así se le impregne el cuerpo y poder intuir o ver su figura. Pero mi amigo que se las sabe todas, me explica que su Colacuerno húngaro, es incorpóreo, y que por tanto la harina lo traspasaría y no veríamos nada.
Y así va haciendo a cada pregunta que yo le hago. Entonces, ¿Qué diferencia hay entre un dragón que escupe fuego que no quema, que es invisible, que flota y que es incorpóreo, y un dragón que simplemente no existe? Mi incapacidad de invalidar sus hipótesis no equivale a demostrar que sean ciertas. Lo que mi colega ha pedido que haga, es que yo acepte, en ausencia de pruebas, lo que el dice.

1 comentario:

barbius dijo...

buenísimo!!!!!!jajajja. No le conocía a este tipo y me encanta.