Otro libro de Toti Martínez de Lezea que me cae en las manos. Es similar al resto de los que escribe. Me gustan, porque recrean historias que ocurren en sitios que conocemos todos y que nos son cercanos. Esta novela tiene como eje central el camino de Santiago y mezcla judíos, moros, la iglesia, los agotes, los templarios y hasta a los gallegos. Entretenida y como siempre, algo para pensar en como la vida ha cambiado poco en realidad...
Un parrafillo:
[...] Aquel mismo día, a media tarde, llegaron a la costa siguiendo el curso del río Xallas y contemplaron boquiabiertos cómo resbalaba en cascadas por una pendiente y caía en una fosa para luego recorrer una ensenada de aguas transparentes y fundirse en la mar sin fin que golpeaba con furia los acantilados levantando olas de espuma. Nubes de todas las tonalidades, del blanco al gris oscuro, dejaban entre ellas resquicios azules por donde se colaban los últimos rayos del sol que pintaban de rojos y dorados las paredes del coloso de piedra que se elevaba ante el océano.
Y el párrafo final:
Tiempo después, los pescadores de la Costa da Morte hablaban temerosos de un espectro vestido con harapos, un demonio negro contrahecho y con garras en lugar de manos, cuya presencia era presagio de muerte, pues aparecía vagabundeando por la costa los días de tormenta, antes del hundimiento de un barco.
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