Tenía pinta de una novela de esas románticas que tanto le gustan a mi vecino. Y casí, pero no. Va de una serie de personajes que habitan por La Habana y por Miami en el que se entremezclan historias personales y fantamas, espíritus, duendes y toda clase de supersticiones arrastradas a lo largo de los siglos. Como hilo conductor, un tratamiento especial a los chinos que fueron a Cuba, que debían ser la casta mas baja. Y nos van a dar "pa'l'pelo"!. Unos parrafos (con especial mención a algunos comienzos de capítulo, hacían que me los leyese dos veces...)
[...] El mar reptaba hasta la orilla, derramando allí su cargamento de algas y besando los pies de quienes dormitaban cerca. Luego se replegaba como un felino furtivo para volver a su acoso con insistencia.
[...] El camino que conducía a la quinta estaba custodiado por todo tipo de árboles. Naranjales y limoneros perfumaban la brisa. Las guayabas maduras estallaban al caer, hartas de esperar por alguien que las recogiera de la rama. En ciertos tramos, los sembrados de maíz arañaban la tarde con sus afiladas hojas.
[...] y cuando por fín, su respiración se detuvo del todo y su espíritu flotó hacia la luz donde le aguardaba Juanco, el duende se inclinó sobre ella y, por primera y última vez desde que se conocieran, la besó en la frente.
[...] Cecilia aceleró su auto a través de las callejuelas de Coral Glabes, sombreadas por árboles que vertían chubascos de hojas sobre las gentes y las casas [...]
2 comentarios:
ciniko
jajaja! sigue pikao. Con lo que nos vamos a acordar de tí en nochevieja tonto... te quejarás! fijate que igual hasta canto...
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