martes, 27 de enero de 2009

El espia al descubierto

Iba a despertar a Jimena, cuando de repente, el caballo de Enecco, atado en la puerta de la borda, emitió un breve relincho. Alguién se acercaba. O algo...

Que sensación mas extraña. Enecco despertó tumbado en la puerta de la borda. Era de día y ya no llovía. Las brumas ascendían desde el rio Arakil, como si cientos de chimeneas se hubiesen puesto en marcha a la vez. Le dolía tremendamente la cabeza, justo a la altura de la nuca. La notaba mojada, al igual que el resto del cuerpo, pero no era un líquido frío. Se pasó la mano y al fijar la vista, vío que la tenía ensangrentada. ¿Había soñado todo lo que acababa de recordar? Miro a su alrededor y no vió ni a Jimena, ni montones de paja, ni restos de lo que su mente recordaba tan vivamente. ¿que sería el brebaje que June había preparado?. ¿June?. Acababa de "soñar" que era un anciano el que lo preparaba, pero no podía ser, la aprendiz de Iluna era June y era ella la que había seguido la tradición y la única capaz de preparar ese brebaje.

Totalmente desorientado se incorporó. Le dolía todo el cuerpo, entumecido por las horas al exterior, aunque alguien le había echado una manta por encima. ¿se había caido y se había golpeado? ¿o alguien le había atacado?. Cerro los ojos e intentó recordar.

El batzarre había terminado con dos vecinos peleando por un trozo de campo a la que llaman la Lentejera. Antes, habían pasado el cuenco con el brebaje preparado, ahora lo recordaba claro, por June. No hubo ninguna resolución de interés. Poca información para el Alcaide. En este pueblo, les cuesta ponerse de acuerdo aunque quizás sería necesario vigilar a Uztai de cerca.

El cielo se estaba nublando, con nubes que venían por el paso de Artederreta, lo que significaba tormenta. Mientras comenzaban a caer las primeras gotas, se puso a la par de Jimena, intercambiaron un saludo breve, mientras se miraban intensamente a los ojos. Siguieron a todos los demás, por la senda que pasaba por la puerta de la borda del 9. El aguacero arreció, se puso a la par de Jimena y le invito a refugiarse en la borda. Recordaba que entraron, que noto el calor de los cuerpos humedos, el olor a lavanda de su pelo, las ganas de abrazarla, la mano de ella cogiendo la suya... y después nada. Ahora tenía claro que todo lo que había vivido no era mas que un sueño, fruto de su estado de incosciencia. Alguién le había golpeado por detrás desde el fondo de la borda.

Había sido descubierto. Pero no le habían matado. E incluso le habían tapado. ¿le habría traicionado Jimena?. No. Confiaba en ella. No se explicaba porqué, pero confiaba, y le daba la sensación que lo que había soñado tenía un significado. Recordaba que la amaborze le había contado alguna vez, cuando se levantaba preocupado por el sueño reciente, que los sueños sobre situaciones reales, son aquellas cosas que se desean de verdad, por las cuales merece hacer el esfuerzo de pelearlas.

¿acaso alguno de los ancianos se había enterado y esto era un toque de atención? ¿querían demostrar que lo sabían? ¿porque lo habrían dejado vivo? ¿como lo habían sabido?

Se incorporó del todo y llamó a su caballo. Había tomado una decisión. Iría a buscar a Uztai y se ofrecería como espia doble. Garaño y sus habitantes se merecían una situación mejor...y Jimena también contaba....

5 comentarios:

Anónimo dijo...

pedazo de marcha atrás en la historia!!! El romantico la enfunda!!
Artederreta?? adondeestaeso?

Anónimo dijo...

ay... estos aldeanos incultos que solo se fijan en su terruño... jajaja!

Copia y pega en el navegador: http://www.zeberri.com/nomb/topo/topo.htm#6

Casa Musurbil dijo...

Mmmm, seguro que Jimena conoce al agresor corta-rollos

David dijo...

pero.....entonces de adonde dice usted que venian las nubes??
de MuruAstrain?
La osti que lio tengo.

Anónimo dijo...

Jajaja! ole! Artederreta... el Carrascal...
Muruarte de Reta. Donde dicen que había una muralla, para cerrar el paso sur de la cuenca de la vieja Iruña...