domingo, 28 de septiembre de 2008

1512-2012 Conquista de Navarra

Está próximo el quinientos aniversario de la conquista del reino de Navarra por las tropas castellano-aragonesas. Eran tiempos de expansión territorial para España.

Navarra era un país independiente, con rey, cortes, consejo, ejército y embajadores en Europa. Además, su corte fue centro floreciente de la cultura de su tiempo. Un país pequeño, pero estratégicamente anclado a ambos lados del Pirineo, por lo que era apetecido por sus vecinos, Francia y España (antes Castilla y Aragón). Eran estos vecinos los que fomentaban las luchas entre agramonteses y beamonteses que arruinaban los pueblos.

Precisamente cuando los reyes navarros pusieron fin a esas guerras civiles, Fernando el Católico, que ya en 1476 manifestó sus pretensiones de derecho al reino de Navarra, ordenó la invasión.

El ejército español, mandado por el Duque de Alba, entró a sangre y fuego, y en la Historia de la conquista relatada por Luís Correa se pone en boca del coronel Villalva la barbarie usada por el ejército invasor: “hubo pueblos incendiados, huida de cientos de navarros, doncellas forzadas, confiscación de bienes, destierros, ejecuciones…” Se destruyeron los castillos, se nombraron a españoles para cargos que correspondían sólo a los navarros. Los soldados se excedían en la codicia y los pueblos pagaban los gastos del ejército de ocupación como “gastos de guerra”. La ocupación militar duró cien años, y de hecho persistió hasta la actualidad.

No obstante, durante ese siglo largo, hubo conspiraciones en contra de los castellanos, a quienes los virreyes llamaban “rebeldes contra su propia tierra”; éstos enviaban informes a la Corte española sobre “la disposición de los navarros a hacerse franceses y si no se hacen es por impedirlo el ejército”. El mismo Felipe II mandó construir las fortificaciones –murallas y ciudadela de Pamplona- “para sujetar a los navarros”, y ante la resistencia ordenó cubrir cupos de leva. Los reclutadores recorrían los pueblos capturando “gente ociosa, vagos, desertores y encubridores”.

Así, la conquista y el tiempo que le siguió fue duro, inquieto, y no pacífico. Esto contradice la versión de que fue “un pacto entre iguales”, una “feliz unión“, una malintencionada interpretación histórica, al fin y al cabo, que es la que pretende justificar y legitimar la situación actual de Navarra.

La resistencia a la ocupación fue continuada; con gestas inolvidables, como la de los defensores de Amaiur. Pese a ello, desde entonces y hasta hoy ha seguido el proceso de degradación del estatus de este pueblo, con su vieja soberanía, hasta pasar a provincia y en estos días a Comunidad Autónoma, desapareciendo casi hasta el mismo nombre de Navarra.

Hoy, frente a las falsedades que hablan de una libre incorporación de Navarra al proyecto de España, queremos recordar que 2012 es el 500 aniversario del inicio de la Conquista de la Alta Navarra por España, y por tanto una fecha clave en la destrucción por la fuerza de nuestra estatalidad. Mientras nuevos pueblos logran su independencia en la Europa del siglo XXI, muchos de ellos por primera vez en su historia, nosotros queremos señalar que nuestro recorrido a lo largo de los siglos nos demuestra que no sólo tenemos derecho a recuperar lo que de manera ilegítima nos arrebataron, sino que la pérdida de la soberanía ha sido nefasta para nuestro país.

Por tanto, consideramos que es una necesidad y un deber dar a conocer que la conquista de 1512 fue fruto de la invasión violenta de los territorios navarros todavía independientes en el siglo XVI, y que, por consecuencia, nuestro país es una colonia española y francesa a todos los efectos.

La historia nos enseña que fuimos independientes, y que dejamos de serlo, no por la voluntad de nuestros antepasados, sino por las conquistas españolas y las ambiciones francesas. Y precisamente porque nuestro interés principal no está en el pasado, sino en el presente y el futuro, afrontamos la recuperación de la memoria histórica como un paso hacia nuestra libertad y en defensa de nuestros derechos.

Estamos convencidos de que la mayoría de los navarros no conoce lo ocurrido hace cinco siglos. Si lo conociesen, otra sería la actitud con que contemplen la realidad presente.

Han transcurrido casi 500 años desde 1512, pero Navarra sigue viva, y lejos de perder vigencia, es plenamente actual la proclama de los Infanzones de Obanos:

PRO LIBERTATE PATRIA, GENS LIBERA STATE.

1512-2012, Nafarroa bizirik!

http://www.euskaldunak.info/Navarra1512-2012/

1 comentario:

Anónimo dijo...

jammbo!! que pareces el BraveHeart!!
Yo, aunque obviamente tengo mi "escoramiento", mantengo una cierta alergia a cualquier "estatalidad", jeje